Tecnología global en 2023: Una oportunidad para las empresas más fuertes
El gestor de carteras Denny Fish explica por qué los resultados empresariales desplazarán a los acontecimientos macro como el principal motor del sector tecnológico, y por qué las empresas resilientes alineadas con potentes temas seculares creadores de valor parecen bien posicionadas de cara a 2023.

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Aspectos destacados:
- Hasta que el mercado disipe las dudas sobre el camino que tomará la inflación y los tipos de interés, es probable que los temores macro sigan influyendo en la trayectoria del sector tecnológico.
- Con la mayoría de malas noticias ya descontadas, los inversores pueden tratar de descubrir valores a precios atractivos, incluidas las plataformas resistentes de Internet y los fabricantes de chips posicionados para beneficiarse de una recuperación económica.
- A medida que avance 2023, prevemos que la capacidad de una empresa de aumentar sus ganancias y márgenes de defensa volverá a desempeñar un papel central a la hora de marcar el destino de la tecnología.
Al igual que en otros sectores, los acontecimientos macroeconómicos fueron el detonante que marcó el rumbo de la tecnología mundial en 2022. Y prevemos que seguirá siendo así hasta que se disipen las dudas sobre el futuro camino de la inflación y sus efectos sobre los tipos de interés. Dado el perfil de crecimiento secular de muchas compañías tecnológicas y de Internet de mega capitalización, el sector se vio extraordinariamente afectado por el aumento sin precedentes de los tipos, que se filtró directamente al mecanismo de descuento utilizado para valorar los futuros flujos de efectivo de una empresa. Además, el mayor coste del capital representa un escollo para las empresas tecnológicas expuestas al ciclo, ya que desalienta tanto las inversiones corporativas a gran escala como el consumo agregado en toda la economía.
Creemos que el entorno macro (y la reacción de la tecnología al mismo) probablemente evolucione de una de estas dos maneras durante 2023: o bien el endurecimiento monetario agresivo rebasa los objetivos de las autoridades monetarias, lo que produciría unos beneficios corporativos más flojos y mermaría aún más los múltiplos de valoración de las acciones growth, o los bancos centrales hacen una pausa, dando un respiro a las valoraciones deprimidas pero sin ofrecer probablemente un alivio inmediato a las empresas tecnológicas sensibles a la coyuntura. Ninguno de estos dos escenarios representa una hoja de ruta tranquila para el sector. De hecho, nuestro escenario base es que experimentaremos unos meses difíciles, ya que los inversores siguen pendientes de cada dato macro y de cada declaración de los bancos centrales.
Posicionarse para días mejores
Es importante observar que muchos de estos escollos ya están descontados, especialmente a través de la compresión de los múltiplos comentada anteriormente. Aunque nosotros también esperamos una mayor visibilidad sobre la trayectoria futura de la inflación, los tipos y la economía en general, también reconocemos el carácter prospectivo de los mercados financieros. Esto sucede especialmente en el segmento de los semiconductores. Históricamente, las acciones de fabricantes de chips suelen repuntar antes de que la economía toque fondo, al prever los inversores una recuperación de la demanda de componentes centrales de una economía mundial cada vez más digital. Aunque no es inminente, ese punto de inflexión se está aproximando.
Un traspié de la economía puede ser regenerador, ya que desvela a las empresas más débiles y crea las condiciones para que aquellas que presentan ventajas competitivas salgan aún más reforzadas. Creemos que esta dinámica se materializará en ecosistemas vinculados a Internet, a medida que las plataformas de mayor calidad amplían su alcance demostrando el valor de sus servicios a los clientes.
Con el riesgo vienen oportunidades
Los inversores siempre deben escudriñar todos los rincones para identificar un riesgo inadvertido. Sin embargo, no recordamos una época en la que se hayan apreciado tanto una serie de riesgos. Además de la inflación y la ralentización económica, tenemos la guerra en Europa, junto con los continuos intentos de China de atajar la crisis inmobiliaria y su enfoque sobre la COVID-19. Quizá un riesgo con repercusiones que no se acaban de comprender aún sea el ocaso de la globalización y el renovado impulso hacia la deslocalización y la "casi deslocalización" de la fabricación de tecnología. En ningún sitio esto es más evidente que en el sector de semiconductores. Durante las últimas décadas, la cuota mundial de chips fabricados en EE. UU y Europa ha dado marcha atrás, al caer del 80 % al 20 %. Esa tendencia tiene visos de invertirse, dado el empeño de las regiones por asegurarse su propio suministro del recurso geopolítico que consideramos más importante del siglo XXI en términos estratégicos.
La competencia por los chips no solo afecta a los componentes complejos que impulsan la inteligencia artificial (IA) y el cloud computing (computación en la nube), sino también a los sensores y controladores analógicos. La importancia de esto último se evidenció durante la pandemia, ya que las interrupciones en el suministro dieron lugar al fenómeno del tornillo de oro, donde la falta de un solo chip podía cerrar toda una línea de montaje.
Otra área en la que la ralentización económica podría brindar oportunidades es el cloud computing. Las suites de software y otros servicios basados en la nube podrían permitir a los clientes empresariales defender sus márgenes maximizando la productividad. Muchos proveedores de nubes públicas están aprovechando la recesión no para ampliar sus propios márgenes sino para asociarse con los clientes y ayudarles a defender los suyos, creando mientras tanto un considerable fondo de comercio. Estas relaciones muestran la falta de suma cero que consideramos inherente a la creciente dependencia que presenta la economía mundial de las aplicaciones tecnológicas.
La publicidad digital puede que no corra la misma suerte. Aunque creemos que la maltrecha economía pesará en los presupuestos en publicidad de las empresas a corto plazo, puede que las principales plataformas de publicidad online no salgan reforzadas de la desaceleración, debido a los problemas estructurales relacionados con la privacidad a los que se enfrentan cada vez más estas empresas. Es posible que el comercio electrónico, en menor medida, tampoco reciba un gran impulso tras la crisis, a medida que el segmento se acerca a su madurez.
Primero, los modelos de negocio
Los últimos 12 meses han sido duros para las acciones tecnológicas, pero no para las compañías tecnológicas. Los fundamentales han aguantado bien y esperamos que esto continúe conforme la tecnología se vuelve aún más omnipresente en todas las funciones de negocio. El sector está preparado para crecer a un ritmo más rápido que la economía mundial y acaparar una cuota cada vez mayor de los beneficios empresariales totales. Los poderosos temas seculares de la IA, el cloud computing, Internet de las Cosas y la conectividad 5G son, en nuestra opinión, cada vez más críticos para el funcionamiento de la economía mundial, especialmente en lo que concierne a la productividad y, en muchos casos, para crear industrias totalmente nuevas.
Las métricas de valoración se utilizan para medir el rendimiento de una empresa, su salud financiera y las expectativas de futuras ganancias, p. ej., la ratio precio/beneficio (PER) y la rentabilidad de los fondos propios (ROE).
La compresión de los múltiplos se define como la contracción de una métrica de valoración (p. ej. la ratio precio/beneficio) de una determinada empresa e implica que los inversores están menos dispuestos a pagar una prima por mantener la acción.
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Las inversiones concentradas en un solo sector, industria o área geográfica son más susceptible a factores que afectan a ese grupo y podrían ser más volátiles que la rentabilidad de inversiones menos concentradas o que el mercado en general.
Las acciones growth están sujetas a un mayor riesgo de pérdidas y de volatilidad de precios y podrían no alcanzar su potencial de crecimiento percibido.
Los sectores tecnológicos pueden verse muy afectados por la obsolescencia de la tecnología existente, unos ciclos de producto cortos, las caídas de los precios y beneficios, la competencia de nuevos participantes de mercado y las condiciones económicas generales. Una inversión concentrada en un solo sector podría ser más volátil que la rentabilidad de inversiones menos concentradas y que el mercado en su conjunto.
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