El progreso de la renta variable estadounidense depende de la ejecución de las empresas
Con una inflación elevada, unos tipos de interés más altos y una desaceleración del crecimiento que probablemente causen tensión en los mercados en 2023, Jeremiah Buckley comparte sus perspectivas, explicando las razones por las que cree que los factores a nivel empresarial constituirán el avance a largo plazo para la renta variable estadounidense.

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Aspectos destacados:
- Los mercados de renta variable de EE. UU. cambiaron drásticamente en 2022, al empezar el año con máximos históricos que luego corrigieron agresivamente.
- La inflación elevada y la enérgica respuesta de la Reserva Federal (Fed) dominan ahora las decisiones de muchos inversores.
- A medida que el estimulante entorno de la última década se desvanece rápidamente, creemos que el mercado se volverá menos temático y que la revalorización del capital en el futuro estará impulsada por varios factores a nivel individual de las empresas.
Los mercados de renta variable estadounidenses han cambiado drásticamente desde principios de año. En la primera jornada de cotización de 2022, el índice S&P 500® alcanzó su máximo histórico. Los mercados cambiaron rápidamente el curso, ya que los inversores —y la Reserva Federal (Fed)— empezaron a identificar la inflación como un riesgo más persistente de lo que muchos habían previsto. A medida que nos acercamos al 2023, los mercados siguen casi totalmente consumidos por este riesgo, como hemos podido observar en los cambios drásticos relacionados con los puntos de datos económicos cruciales y las decisiones políticas de la Fed. Las cifras recientes sugieren una cierta relajación de la inflación, pero la letanía de factores persistentes (la guerra ruso-ucraniana, la escasez de mano de obra, el gasto firme de los consumidores, la desglobalización, las restricciones al comercio transfronterizo y las fluctuaciones monetarias mundiales) se han confabulado para mantener la presión al alza sobre los precios.
A qué estar atentos en el próximo año
Los inversores están muy atentos a los datos económicos en previsión del momento de eventual relajación de los tipos de interés, que será fundamental para mejorar el potencial de crecimiento futuro y las valoraciones de las empresas. Cualquier indicación de que la Reserva Federal pudiera moderar el ritmo de endurecimiento estabilizaría los mercados. Un enfriamiento de las candentes tensiones geopolíticas tendría el mismo efecto. La mejora de las relaciones entre EE. UU. y China o la resolución de la guerra entre Rusia y Ucrania podrían eliminar algunas restricciones comerciales transfronterizas y aliviar las interrupciones y los cuellos de botella de la cadena de suministro.
Mientras que las interrupciones de suministro más destacadas (las de petróleo, gas natural, semiconductores y productos agrícolas, por ejemplo) han pasado a primer plano, creemos que la escasez de oferta de mano de obra es un riesgo que puede subestimarse. Con el establecimiento de la economía en la fase endémica de la Covid-19, muchos creían que más personas volverían a incorporarse a la fuerza laboral, lo que aliviaría las limitaciones de la oferta de mano de obra. Aunque la participación en la fuerza laboral ha ido creciendo lentamente desde lo álgido de la pandemia, ha permanecido muy baja en comparación con los niveles previos a esta, como se observa en el gráfico 1, a continuación. Al mismo tiempo, la tasa de desempleo sigue cercana a mínimos históricos. El resultado ha sido un aumento significativo de los salarios, lo que añade otra fuerza inflacionaria a la mezcla. Un aumento de la participación en la fuerza laboral ayudaría a contener esta inflación salarial, y una mejora de la productividad laboral, que también ha disminuido en los primeros tres trimestres de 20221, ayudaría a facilitar la necesidad de contratar trabajadores adicionales.
Gráfico 1. Tasa de empleo y de participación en el mercado laboral

Puesto que la Fed está ejerciendo presión con el aumento de los tipos, puede que la ralentización del crecimiento económico comience también a aliviar cierto crecimiento salarial, pero por ahora sigue aumentando los costes de las empresas al mismo tiempo que proporciona más efectivo para el consumo individual. De hecho, la fuerza del consumo ha sido constante desde la pandemia, apoyada no solo por salarios más altos, sino también por los estímulos gubernamentales y, hasta hace poco, los fuertes mercados de la vivienda y el capital. Los estímulos gubernamentales han menguado, y, en consecuencia, el ahorro personal ha disminuido. Mientras tanto, la subida de los tipos ha empezado a hacerse sentir tanto en la parte del balance de los hogares relativa a la vivienda como en la de la inversión. Estas fuerzas podrían comenzar a reducir la inflación al propagarse sus efectos por toda la economía en el próximo año.
Focos de crecimiento (y oportunidad) para las empresas con una ejecución excelente
Por ahora, creemos que el gasto de los consumidores seguirá siendo persistente. Aunque el gasto en bienes ha comenzado a reducirse tras la pandemia, el gasto en servicios sigue creciendo. Dados los ajustes a las valoraciones en el sector de consumo discrecional, que ha sido uno de los más perjudicados este año, algunas oportunidades se han vuelto atractivas para los inversores con un período de retención más largo.
Dentro del sector de la tecnología de la información, creemos que la transformación digital y el cambio a la nube están creando todavía valor económico tanto para los clientes que aplican estas tecnologías como para sus proveedores. Por lo tanto, seguimos viendo oportunidades en la industria del software y los servicios. El hardware tecnológico es un segmento del sector que parece menos atractivo debido a la debilidad en las ventas de ordenadores personales y a la maduración de la demanda de smartphones.
Aunque el mercado laboral sigue tenso, a medida que mejore el empleo en el sector sanitario probablemente veremos una recuperación de los volúmenes en tecnología y servicios médicos.
La energía ha sido el sector más destacado este año en el S&P 500. Aunque, mientras el mundo pasa a fuentes de energía más ecológicas, hay inquietudes acerca del crecimiento de la demanda y el aumento de la regulación, hemos visto una disciplina de capital mejorada en el sector, lo que lo hace potencialmente más atractivo.
Parece que los múltiplos de la renta variable se encuentran ahora en un rango razonable y es probable que nos enfrentemos a un mercado menos temático en el próximo año. En vez de grupos amplios de valores principales basados en tendencias o factores generales, creemos que el rendimiento relativo dependerá más de la dinámica a nivel individual de las empresas. En este mercado, la innovación en productos y servicios, la asignación eficaz de capital y la capacidad de gestión para contener los costes y obtener productividad de los recursos (tanto físicos como de mano de obra), así como la habilidad de utilizar la capacidad a niveles eficientes, serán elementos integrales para determinar el crecimiento de las empresas. Aunque las variaciones diarias del mercado y la volatilidad continuarán casi sin duda, la apreciación del capital en el futuro probablemente dependerá de que las empresas puedan aumentar los beneficios en línea con estos factores.
1 Oficina de Estadísticas Laborales del Departamento de Trabajo de EE. UU., sector empresarial no agrícola: productividad laboral (resultado por hora) para todos los trabajadores asalariados, a 16 de noviembre de 2022.
Los sectores industriales pueden verse muy afectados por las tendencias económicas generales, los cambios en la confianza de los consumidores, los precios de las materias primas, la regulación gubernamental, los controles de las importaciones y la competencia mundial. Además, pueden ser responsables por daños medioambientales y de seguridad.
El índice S&P 500® refleja la rentabilidad de las acciones de gran capitalización estadounidenses y representa la rentabilidad general del mercado de renta variable estadounidense.
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Los sectores de consumo discrecional pueden verse muy afectados por el comportamiento de la economía en general, los tipos de interés, la competencia, la confianza del consumidor y el gasto de consumo, así como los cambios demográficos y en los gustos de los consumidores.
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