¿Qué ha perdido el mercado con la renta variable growth?
Los gestores de carteras Doug Rao, Nick Schommer y Brian Recht explican cómo la volatilidad de este año ha afectado el panorama de la inversión en renta variable growth.

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Aspectos destacados:
- Con el varapalo que han sufrido los valores growth este año, la tendencia de los inversores ha sido la de dar la misma consideración a modelos de negocio buenos y malos, lo que nos parece un error de cálculo.
- Consideramos que las fluctuaciones de precios a corto plazo, pese a ser dolorosas, son temporales para las empresas de calidad, comparado con el riesgo de pérdida permanente de capital para los modelos de negocio que ya no funcionan y que se enfrentan a desafíos seculares.
- Creemos que la propuesta de valor a largo plazo para las acciones growth de calidad sigue intacta y que existen oportunidades para que determinadas empresas emerjan de la volatilidad actual.
Después de liderar el mercado al alza durante muchos años, los valores growth estadounidenses han caído significativamente en 2022. Muchos han sufrido presión por la subida de los tipos de interés, que erosiona el valor de los futuros beneficios previstos y comprime los múltiplos de valoración. El índice Russell 1000® Growth, por ejemplo, ha caído más del 23 % en lo que va de año. Dado que, hasta la fecha, el índice ha observado revisiones modestas de los beneficios, el ratio PER (precio-beneficio) ha caído aún más.
Gráfico 1. Crecimiento de los beneficios, PER y rentabilidad del índice Russell 1000 Growth en lo que va de año

Fuente: Bloomberg, a 13 de septiembre de 2022. *BEst (Bloomberg Estimates), basado en beneficios combinados a 12 meses vista. Las rentabilidades pasadas no garantizan resultados futuros.
Definir el riesgo
Existen riesgos reales que afectan a los valores growth, a medida que la inflación persiste y la Reserva Federal de EE. UU. (Fed) continúa adoptando una postura dura (o hawkish). El contexto de la inversión ha cambiado notablemente y algunos inversores aún pueden estar anclados en las expectativas de tipos bajos y baja inflación que impulsaron el entorno de mercado en la última década. La ralentización de la economía y la incertidumbre en torno a una posible recesión plantean retos, especialmente para los valores tecnológicos de alto crecimiento expuestos al ajuste de los presupuestos tecnológicos de las empresas. Dicho esto, uno de los principales impulsores de la desinflación en la última década ha sido la proliferación de la tecnología. Además, la reciente inflación salarial puede incentivar una mayor inversión en tecnología en el campo de la productividad, eficiencia y soluciones de sustitución para moderar el coste laboral. Ha habido riesgos para las empresas que subestimaron el tirón de la demanda durante el covid-19 y el mercado ha castigado a los valores no rentables o con balances débiles, al endurecerse las condiciones de financiación. El mercado se enfrenta también a la posibilidad de que disminuya la demanda de los consumidores a medida que disminuye el estímulo relacionado con el covid-19 y se recurre a los ahorros personales.
Sin embargo, ante estos riesgos, seguimos considerando que las fluctuaciones de precios a corto plazo para las empresas growth de calidad son temporales , en contraste con el riesgo de pérdida permanente de capital para las empresas con modelos de negocio que ya no funcionan. Instamos a los inversores a que tengan en cuenta la beta «fundamental» de sus carteras, es decir, el riesgo asociado a la solidez empresarial subyacente de los negocios en los que están invertidos, en contraposición a la volatilidad cuantitativa y retrospectiva de los valores de sus carteras. Por ejemplo, creemos que las empresas con los productos más ventajosos en su categoría desde el punto de vista competitivo correrán menos riesgos a largo plazo. Es más, las que tienen contratos ajustados a la inflación, con menor elasticidad de la demanda y poder de fijación de precios, pueden ser menos susceptibles a las presiones inflacionistas y a la subida de los tipos. A la larga, creemos que estas y otras capacidades fundamentales pueden conducir a un menor riesgo para las empresas de alta calidad con ventajas competitivas.
La calidad y la falta de calidad se mueven a la par
La ola de ventas de este año ha sido algo indiscriminada, con correlaciones en la renta variable que alcanzaron máximos de varios años. A este respecto, al disminuir las acciones growth, modelos de negocio tanto buenos como malos se han visto a menudo castigados de manera similar (algo que, en medio de la turbulencia actual, creemos que muchos inversores han pasado por alto). En este tipo de mercado impulsado por factores, hemos visto empresas en crecimiento y líderes altamente rentables en su sector, con participaciones de mercado dominantes, que han sufrido caídas tan importantes como las de empresas de calidad significativamente más baja.
Parece que estamos entrando en un periodo en el que el crecimiento puede ser más escaso y el capital más costoso, lo que podría dar lugar a un mercado que ya no está altamente correlacionado y con lo que se crearía una mayor dispersión de los beneficios. A diferencia del régimen anterior, en el que el dinero barato servía ampliamente de apoyo a todas las empresas, este nuevo entorno podría favorecer la selección específica de valores. Como hemos visto este año, los índices pasivos, por definición, se han visto obligados a vender empresas a la baja, independientemente de sus fundamentales. Un gestor activo puede hacer lo contrario, al reconocer los desajustes percibidos en el valor y añadir posiciones en la renta variable de calidad que se está vendiendo.
Las próximas grandes empresas growth
Aunque el sector tecnológico ha evolucionado de forma significativa desde entonces, fuimos testigos de una dinámica similar en el 2000, cuando gran parte del sector se vendió de manera indiscriminada. Algunas empresas de excepción que sufrieron aquella turbulencia han consolidado desde entonces su posición en el mercado. De igual modo, pensamos que hay oportunidades para que las empresas de calidad superen las circunstancias actuales y prosperen. Teniendo en cuenta los descensos de este año, si las empresas de calidad pueden volver a sus niveles de precios anteriores, lograrán importantes rentabilidades, como se ilustra en el gráfico 2, a continuación.
Gráfico 2. Muestra de la vuelta a máximos anteriores tras una caída

El ejemplo proporcionado es hipotético y se utiliza meramente con fines ilustrativos. No representa la rentabilidad de una inversión real.
Lo que ahora nos preguntamos es, ¿cuáles son las próximas grandes empresas que surgirán de este escenario? Aunque el entorno de este año ha sido volátil, creemos que la propuesta de valor a largo plazo para las empresas growth de calidad sigue intacta. Si los inversores son capaces de distinguir las fluctuaciones a corto plazo de las perspectivas fundamentales a largo plazo, creemos que hay potencial para descubrir algunos de los próximos líderes del mercado.
Las rentabilidades pasadas no garantizan resultados futuros.
Hawkish: indica de que las autoridades de los bancos centrales tratan de restringir la oferta monetaria para lograr el objetivo de su política. Lo contrario de una postura laxa (o dovish)
El ratio precio-beneficio (PER) mide el precio de la acción en relación con los beneficios por acción de una o varias empresas de una cartera.
La rentabilidad del índice no refleja los gastos de gestión de una cartera, ya que el índice no está gestionado ni está disponible para la inversión directa.
Este documento recoge las opiniones expresadas por el autor en el momento de su publicación y podrían ser diferentes de las de otras personas/equipos de Janus Henderson Investors. Cualquier instrumento, fondo, sector e índice citados en este artículo no constituyen ni forman parte de ninguna oferta o solicitud para comprar o vender alguno de ellos.
La rentabilidad histórica no predice las rentabilidades futuras. Todas las cifras de rentabilidad incluyen tanto los aumentos de las rentas como las plusvalías y las pérdidas, pero no refleja las comisiones actuales ni otros gastos del fondo.
La información contenida en el presente artículo no constituye una recomendación de inversion.
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