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Cómo la gestión activa puede animar al sector del petróleo y gas a reducir las emisiones de metano

Olivia Gull, analista de Gobernanza e Inversión responsable, y Ben Lofthouse, responsable de Rentas de Renta variable global, hablan sobre las medidas que pueden adoptar los gestores de activos para reducir las emisiones de metano implicándose con las empresas de petróleo y gas.

Olivia Gull

Olivia Gull

Responsible Investment and Governance Analyst


Ben Lofthouse, CFA

Ben Lofthouse, CFA

Head of Global Equity Income | Portfolio Manager  


4 de mayo de 2023
11 minutos de lectura

Aspectos destacados:

  • Las emisiones de metano suponen un riesgo financiero significativo para las empresas de petróleo y gas, dados los esfuerzos de los gobiernos y los reguladores por promover la responsabilidad medioambiental. Desde el punto de vista de la inversión, la tarificación del carbono, los cambios en los procesos de compra de los clientes y la presión de los inversores influyen también cada vez más en los flujos de caja y las valoraciones de las empresas del petróleo y gas.
  • Los datos sobre emisiones de metano declarados por las empresas han ser más completos y, concretamente, incluir los activos no operados (emisiones asociadas a empresas conjuntas y participaciones en capital).
  • Los inversores deben animar a las empresas a ofrecer un desglose más claro de las emisiones de metano en la información que publican, a estipular objetivos más concretos y a iniciar una mayor colaboración en el sector para abordar las prácticas de venteo/quema y las emisiones fugitivas en los puntos críticos de metano con escasos recursos.

¿Por qué implicarse con el metano?

Combatir la contaminación por metano es importante para la sociedad, ya que tiene aproximadamente 80 veces más poder de calentamiento que el dióxido de carbono y, a pesar de no ser tan duradero, determina el ritmo del calentamiento global a corto plazo. Cada vez se reconoce más que las fugas de metano del sector del petróleo y gas se han subestimado y constituyen un riesgo climático mucho mayor de lo previsto. Es importante que las empresas sepan que los inversores quieren que hagan más al respecto.

Desde el punto de vista de la inversión, existe un claro incentivo financiero para animar a las empresas del petróleo y gas a reducir las fugas de metano, especialmente cuando los precios del gas son altos. Para que el sector del petróleo y gas siga promoviendo el gas como combustible de transición y alternativo al carbón con la mitad de emisiones, es necesario abordar las emisiones de metano que conlleva. La valoración de las empresas del petróleo y gas se ve cada vez más afectada y determinada por factores más amplios, como la tarificación del carbono, la evolución hacia la energía y el transporte sostenibles, y la presión de los inversores para que cumplan objetivos sostenibles. Los inversores activos pueden implicarse con las empresas para alentarlas a compartir las mejores prácticas, a ofrecer una imagen más clara y completa de sus emisiones y a fijar objetivos de reducción más sólidos que incluyan todos sus activos. Estos esfuerzos pueden ayudar a las empresas del sector del petróleo y gas a mejorar sus credenciales de sostenibilidad y, en definitiva, a que los inversores puedan tomar decisiones de inversión con conocimiento de causa.

A lo largo de los últimos doce meses, el equipo de análisis e implicación ASG de Janus Henderson, en colaboración con ciertos equipos de inversión, se ha implicado con varias de las principales empresas europeas del petróleo y gas con respecto a las emisiones de metano, con el fin de determinar si estaban haciendo lo suficiente para abordar el problema. Los objetivos eran entender el nivel de visibilidad que tienen las empresas sobre esta cuestión y las medidas que han adoptado, valorar los obstáculos para lograr la combustión cero y, en definitiva, eliminar todas las emisiones de metano de sus actividades.

Con nuestra implicación, llegamos a la conclusión de que, aunque las empresas habían hecho avances importantes en la detección de fugas de metano y en la gestión de las operaciones con mayores emisiones en los últimos cinco años, nos decepcionó comprobar que los activos no operados rara vez figuraban en los informes. Esto es importante, ya que las emisiones de metano de las empresas conjuntas deben medirse con exactitud para poder ser gestionadas. Desde entonces, hemos alentado a las empresas a ampliar el alcance de los informes sobre metano, para que los inversores tengan una perspectiva totalmente clara de la exposición a los activos contaminantes y, lo que es más importante, para que se incluyan en los objetivos de emisiones. En nuestras conversaciones más recientes con las empresas, nos complace saber que se avanza por esa vía. Seguiremos supervisando la información sobre el metano y los avances en la reducción de emisiones.

Fuentes de emisiones de metano procedentes del petróleo y gas

Las emisiones de metano pueden liberarse de diferentes formas, siendo a menudo el metano un subproducto de la extracción de petróleo crudo y gas. El venteo se produce cuando el gas metano se ventea (libera) directamente a la atmósfera en varios momentos de la producción del petróleo y gas. Por su parte, la quema en antorcha se realiza cuando los operadores queman el exceso de gas convirtiéndolo en CO2 y agua. Esto puede obedecer a razones de seguridad o mantenimiento, si no es rentable utilizarlo o venderlo, o si no existen las infraestructuras necesarias para transportarlo y almacenarlo. Las fugas no intencionadas, conocidas como emisiones fugitivas, también pueden darse en todas las partes de la cadena de suministro del petróleo y gas.

Según BloombergNEF, en 2021, el venteo y la quema en antorcha supusieron el 64% y el 11% de las emisiones de metano del sector del petróleo y gas, respectivamente, y el resto procedió de emisiones fugitivas de válvulas o equipos sellados incorrectamente.1

Principales conclusiones de nuestra implicación

1. Los datos están mejorando, pero las emisiones de metano siguen sin comunicarse lo suficiente

La industria está dando pasos positivos en determinados ámbitos. Algunos ejemplos son:

  • Los programas de detección y reparación de fugas son ya habituales.
  • Las empresas utilizan cada vez más los datos disponibles por satélite*.
  • Se están tomando medidas para abordar operaciones que requieren procesos más sencillos (p. ej., sustituir los purgadores de gas, redirigir el gas o diseñar fugas en instalaciones antiguas).
  • Además, las empresas están dejando de utilizar estimaciones del factor carbono para crear modelos con los datos de emisiones y están utilizando tecnología de supervisión continua para disponer de datos más precisos en tiempo real al respecto.

Sin embargo, existe una disparidad cada vez mayor entre estas medidas positivas y la mayor cobertura mediática sobre la constante (y en algunos lugares creciente) contaminación por metano procedente del sector del petróleo y gas.

Uno de los problemas principales es que la mayoría de las empresas no incluyen los activos no operados (empresas conjuntas y/o participaciones en capital) en su recopilación de datos, publicación de informes u objetivos. Esto significa que la mayoría de los objetivos de reducción de la intensidad de metano de las empresas y los compromisos de eliminar la quema en antorcha solo cubren los activos operados, por lo que los inversores no tienen una perspectiva totalmente clara de la verdadera exposición de una empresa a los puntos calientes de metano o superemisores.

Un ejemplo de ello es la exposición al metano de BP en el yacimiento petrolífero de Rumaila, en Irak, que recibió gran atención mediática debido a la excesiva contaminación por metano. Según una investigación de la BBC del año pasado, las comunidades de Irak que vivían cerca de los yacimientos petrolíferos de Rumaila, donde se quema gas abiertamente, tenían alto riesgo de padecer leucemia. En 2019, Irak supuso el 9% de las emisiones mundiales de metano y se calcula que el valor del gas desperdiciado asciende a 1.500 millones de dólares, suficiente para abastecer a tres millones de hogares.2

BP prestó asistencia técnica al operador de Rumaila, recibiendo petróleo en lugar de dinero. Se ha criticado que el petróleo recibido de Rumaila se incluyera en las cifras de producción de BP durante varios años, pero que las emisiones relacionadas no se hayan recogido en los informes. Esto pone de manifiesto los claroscuros relacionados con el alcance de los informes sobre metano, el riesgo para la reputación que supone aliarse con operadores que no siguen las mejores prácticas y la necesidad de colaboración en todo el sector para mejorar los informes íntegros sobre metano.

2. La colaboración del sector es necesaria para abordar los aspectos problemáticos

Por tanto, el debate sobre el metano debe salir del ámbito de la reducción de las emisiones de metano de las operaciones de las empresas cotizadas en bolsa y ampliarse a un debate más amplio sobre las alianzas, las políticas públicas y la colaboración del sector (en particular, trabajar con empresas privadas y estatales en las que no existe visibilidad). Según el Global Gas Flaring Tracker de 2022, hay varios países que son superemisores, a saber, Rusia, EE. UU., Irak, Irán, Argelia, Nigeria, Venezuela, y algunos nuevos: México, Libia y China. Estos países suponían el 75% de toda la quema de gas y el 50% de la producción mundial de petróleo en 2021. A pesar de algunos compromisos con la iniciativa del Banco Mundial «Eliminación de la Quema Regular de Gas para 2030», solo EE. UU. ha lograr mejorar la intensidad de la quema de su producción de petróleo.

Estos puntos calientes de metano deberían centrar la atención de la colaboración industrial y las políticas públicas innovadoras. Por ejemplo, un plan propuesto por la Unión Europea para ayudar a reducir las emisiones de metano del gas argelino importado (donde la cuenca argelina de Hassi R’Mel es un punto caliente de metano) consiste en establecer el programa «tú recoges, nosotros compramos», en el que el bloque compraría el gas que, de otro modo, se liberaría o quemaría deliberadamente.3

En el actual entorno geopolítico, es sumamente probable que Rusia siga siendo un gran emisor de metano a corto plazo, con una mayor probabilidad de quema de gas, mayor riesgo de activos varados** y cierre negligente de yacimientos. Aparte de Rusia, existe el riesgo político y de reputación de trabajar con agentes de países económicamente inestables, como Libia y Venezuela. Se requiere una colaboración más estrecha entre los sectores público y privado para hacer frente a estos puntos calientes de metano, y los inversores deberían promover el intercambio de conocimientos para mejorar estas operaciones, en lugar de ceder los activos a los gobiernos o a propietarios de capital riesgo, lo que reduce potencialmente la visibilidad y la rendición de cuentas.

Es positivo que la normativa se centre más en las emisiones de metano. En el marco de los objetivos de la Ley de reducción de la inflación de 2022 (IRA, por sus siglas en inglés) para impulsar las energías limpias, la Administración Biden también ha puesto el foco en las emisiones de metano del sector del petróleo y gas, ofreciendo 1.500 millones de dólares en incentivos para el control y la mitigación del metano, además de sanciones para las altas emisiones de metano.4 Los esfuerzos gubernamentales y las alianzas industriales son fundamentales para avanzar. En la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático COP26 celebrada en 2021, 100 países se comprometieron a reducir las emisiones de metano un 30% hasta el año 2030, y se ha desarrollado el marco de información O&G Methane Partnership 2.0 como norma de referencia para informar sobre el metano.

3. Los objetivos de reducción podrían no ser suficientemente sólidos

Dada la falta de datos precisos disponibles al público, resuelta difícil establecer comparaciones entre las grandes empresas del petróleo y gas por lo que respecta a la exposición al metano, la gestión del problema y el futuro riesgo para la reputación.

La mayoría de las empresas del petróleo y gas se han fijado objetivos de reducción de la intensidad de metano (emisiones como porcentaje del gas natural que sale al mercado) del 0,2%, acordes con la Iniciativa Climática de Petróleo y Gas, y se han sumado a la iniciativa Eliminación de la Quema Regular de Gas («ZRF»). BP pretende que sus operaciones de petróleo y gas en tierra firme en EE. UU. (BPX Energy) alcancen este objetivo en 2025, con el 95% de las instalaciones electrificadas en 2023, y Shell espera alcanzar este objetivo en 2025.5 Sin embargo, el compromiso ZRF no incluye la quema en antorcha de los activos no operados.

Esto lleva a cuestionarse si los objetivos de ZRF y de reducción de metano son suficientemente ambiciosos. Una vez que las empresas dispongan de mayor visibilidad y de un mayor número de operaciones sometidas a continua supervisión, los inversores deberían presionar para que se fijen objetivos más estrictos de reducción absoluta de metano y, en concreto, objetivos de reducción de las empresas conjuntas no operadas, con una mayor transparencia sobre cómo se están alcanzando.

Actuar con respecto a las emisiones de metano

Es importante que los inversores ejerzan presión sobre las empresas para que auditen de manera externa sus emisiones de metano con el fin de reducir el riesgo de ofrecer información inexacta y detectar mejor los aspectos problemáticos que puedan abordarse en consecuencia. Conforme mejore la tecnología, los datos sobre emisiones serán más fiables, aunque las empresas deben aplicar una combinación de enfoques de medición ascendentes (p. ej., escáneres infrarrojos de mano) y enfoques descendentes (como mediciones aéreas con aviones o drones) para medir con mayor exactitud las emisiones fugitivas.

Los inversores deben pedir claridad sobre los datos que las empresas del petróleo y gas están captando y supervisando, para confirmar si incluyen todos los activos operados y no operados, las plataformas terrestres y marinas, y toda la logística de transferencia, incluido el transporte marítimo.

Las emisiones de metano de los activos no operados deben ser un punto de interés para los inversores, pues es ahí donde radica el riesgo para la reputación y la falta de visibilidad. Las agencias medioambientales han criticado a las grandes compañías petroleras por no convencer a sus socios de empresas conjuntas a abordar el problema de las emisiones de metano y por no facilitar los recursos técnicos y financieros necesarios para ayudar a crear capacidad. La recopilación de datos íntegros y precisos sobre el metano constituye un primer paso muy importante para abordar este problema.

Janus Henderson sigue promoviendo una mayor transparencia y colaboración del sector en relación con las emisiones de metano. Nos ha animado el hecho de que muchas empresas en las que invertimos tengan objetivos para reducir las emisiones de metano y, en varios casos, ya las han reducido sustancialmente. Sin embargo, hemos observado que algunas empresas van más avanzadas que otras por lo que respecta a la captación de emisiones de las empresas conjuntas. Como accionistas activos, seguimos de cerca estos avances y alentamos a las empresas a:

  • Aumentar el nivel de transparencia para los inversores con respecto al metano (sobre las alianzas, los progresos realizados en la exactitud de los datos, lo que está dentro o fuera del ámbito de la información sobre el metano y por qué, y qué activos son difíciles de supervisar, etc.), ya que esto brindará a los inversores más seguridad de que se están tomando medidas para abordar este problema.
  • Ofrecer un desglose más claro de la información sobre emisiones para que sea útil y comparable con la de sus homólogas (idealmente por activos operados y no operados; por región; por tipo de emisión: quema en antorcha frente a venteo frente a emisiones fugitivas).
  • Buscar en un radio muy amplio para incluir todas las emisiones de metano potencialmente asociadas a las actividades, incluido el gas natural licuado (GNL) comercializado por terceros. Cuanto mayor sea la visibilidad del metano asociado, mayor será la probabilidad de evitar daños a la reputación relacionados con operadores contaminantes.
  • Iniciar una mayor colaboración del sector para abordar las prácticas de venteo/quema en antorcha y las emisiones fugitivas en los puntos calientes del metano con escasos recursos (p. ej., Irak, Irán, Argelia, Nigeria, Libia, etc.), compartiendo conocimientos y mejorando la creación de capacidades para mitigar este riesgo antes de que provoque una mayor contaminación medioambiental y riesgos para la salud de las comunidades, como ha sucedido en Irak.
  • Establecer objetivos más ambiciosos y específicos en relación con el metano (p. ej. crear objetivos de reducción absoluta y objetivos más detallados centrados en los activos no operados) una vez que se disponga de una serie de datos más completa sobre las emisiones de metano operadas y no operadas.

 

* Entre los satélites de seguimiento del metano se incluye el MethaneSAT del Fondo para la Defensa del Medio Ambiente (EDF), que ayudó a crear el Proyecto de Análisis del Metano en el Pérmico, el Carbon Mapper y el proyecto EMIT de la NASA, y el IMEO del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente.

** Los activos varados son activos (p. ej., recursos de petróleo y gas que aún no se han extraído) que resultan valer menos de lo esperado como consecuencia de los cambios en los mercados, la transición energética, etc.

1 BloombergNEF, The Oil and Gas Industry’s Methane Problem in Four Charts, 22 de agosto de 2022. Algunos ejemplos son Argelia, Wyoming, Kuwait y Nuevo México.  Según el informe Global Methane Tracker de la AIE de 2022, las emisiones de metano del sector energético eran un 70% superiores a las cifras declaradas por los gobiernos.

2 PNUMA, In face of climate crisis, Iraq takes on methane pollution, 28 de febrero de 2022.

3 Comisión Europea, Compromiso energético de la UE en un mundo cambiante, 18 de mayo de 2022.

4 Covington, Methane Emissions Reduction Program: The Next Step in the United States’ Efforts to Tackle a Potent Greenhouse Gas, 30 de julio de 2022.

5 BP.com, «BP aims for zero routine flaring in US onshore operations by 2025»; Shell.com, Inside-energy: zero-routine-flaring-by-2025.

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Los sectores energéticos pueden verse afectados considerablemente por las fluctuaciones en los precios de la energía y la oferta y demanda de combustibles, la conservación, el éxito de los proyectos de prospección, los impuestos y otros reglamentos gubernamentales.

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