¿Está muerta la diversificación entre acciones y bonos?
Los gestores de cartera Jeremiah Buckley y Greg Wilensky analizan por qué creen que, a pesar del difícil año de 2022, las ventajas a largo plazo de la cartera 60/40 permanecen intactas.

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Aspectos destacados:
- Después de un año difícil en 2022, cuando tanto las acciones como los bonos registraron rentabilidades bastante negativas en el año natural, algunos inversores cuestionan la viabilidad de las carteras 60/40 en el futuro.
- En nuestra opinión, las rentabilidades notablemente negativas que ofrecieron las acciones y los bonos en 2022 fueron un suceso inusual, y los inversores no deberían concluir que la relación entre ambas clases de activos ha cambiado en sus fundamentos.
- Creemos que el gran reajuste de los tipos y valoraciones en 2022 ha reposicionado las estrategias 60/40 para ofrecer, una vez más, las sólidas rentabilidades ajustadas al riesgo que los inversores esperan.
«Los rumores de mi muerte han sido bastante exagerados». – Mark Twain (1835-1910)
Aunque las rentabilidades de los activos financieros en 2022 dejaron frustrados a muchos inversores, los que tienen carteras mixtas tienen motivos para sentirse especialmente molestos, ya que acaban de experimentar su peor año de rentabilidad desde la crisis financiera mundial (CFM). Los inversores que mantienen carteras mixtas (normalmente una asignación 60/40 a acciones y bonos) generalmente lo hacen porque la estrategia, con el tiempo, ha producido mejores resultados ajustados al riesgo al limitar las caídas frente a otras estrategias centradas exclusivamente en renta variable. El principio clave que subyace al enfoque mixto es que las acciones y los bonos históricamente han tendido a moverse en direcciones opuestas en periodos de tensión en los mercados financieros.
La cartera 60/40 presume de tener un historial impresionante: antes de 2022, generó rentabilidades positivas en 35 de los 41 años anteriores. Sin embargo, en 2022, la estrategia no funcionó como los inversores habían esperado, al registrar una rentabilidad del -16,9 %, tras haberse anotado el Bloomberg U.S. Aggregate Bond Index (US Agg) el peor año de su historia y experimentar el S&P 500 ® Index simultáneamente su séptimo peor año desde la Gran Depresión.
Naturalmente, muchos inversores han comenzado a preguntarse si el juego ha terminado y si la diversificación tradicional entre acciones y bonos está muerta. ¿La relación simbiótica de varias décadas entre las acciones y los bonos ha llegado a su fin de forma amarga y abrupta?
Rentabilidades: 2022 fue un año raro
En nuestra opinión, es vital que los inversores comprendan lo raro que fue 2022 desde el punto de vista de la rentabilidad. Gran parte de la devaluación de los activos se debió a las contundentes subidas de tipos aplicadas por la Reserva Federal (Fed) (4,25 % dentro del año natural) en su intento de frenar la inflación galopante. No obstante, como se muestra en la Figura 1, el efecto combinado de las subidas de tipos en las acciones y los bonos fue muy atípico, ya que ambos terminaron el año a la baja por quinta vez desde 1928.
Figura 1: Las acciones y los bonos han experimentado simultáneamente rentabilidades anuales negativas en solo cinco de los últimos 95 años.

Fuente: Bloomberg, Morningstar, NYU Stern, a 31 de diciembre de 2022.
Notas: rentabilidad total del índice S&P 500 y rentabilidad total de los bonos del Tesoro estadounidense a 10 años, 1928-2022. Los cuadrados azules representan años en los que las acciones y los bonos bajaron; los naranjas representan años en los que las acciones subieron y los bonos bajaron, o los bonos subieron y las acciones bajaron, o tanto las acciones como los bonos subieron.
Correlaciones: 2022 no fue tan atípico
Mientras prosigue el debate sobre el futuro de las carteras mixtas, los críticos de la cartera 60/40 han señalado el fuerte aumento de la correlación entre las rentabilidades de las acciones y los bonos en 2022. ¿Su argumento? Si los bonos y las acciones actualmente se mueven al unísono, ¿de qué sirven los bonos como elemento de diversificación? En nuestra opinión, los inversores harían bien en plantear la correlación en un horizonte más lejano. Como muestra la Figura 2, durante los últimos 30 años, las correlaciones entre acciones y bonos han fluctuado de manera significativa en periodos sucesivos de 1 año y en periodos de 3 años se han mantenido positivas o negativas durante mucho tiempo. Aún así, a pesar de sus oscilaciones momentáneas, la correlación entre acciones y bonos se ha aproximado a cero, en promedio. No es raro que las correlaciones aumenten a corto plazo y, por tanto, no vemos evidencias que sustenten la teoría de que la relación fundamental entre las acciones y los bonos se ha roto.
Figura 2: Correlación acciones-bonos (1990 – 2022)
Es habitual que la correlación fluctúe, pero se ha aproximado a cero en términos medios.

Fuente: Janus Henderson Investors, a 31 de diciembre de 2022.
Nota: Correlación móvil del S&P 500 Index y el Bloomberg U.S. Aggregate Bond Index utilizando rentabilidades totales mensuales. La rentabilidad histórica no predice las rentabilidades futuras.
Reflexión y seguir adelante
A medida que los inversores se paran a evaluar el rendimiento de su cartera en 2022 y trazan su camino para 2023, creemos que hay dos puntos clave a tener en cuenta.
En primer lugar, los inversores deberían poner en perspectiva el 2022. Los mercados sufrieron un reajuste significativo del riesgo a raíz de las subidas de tipos de interés, y aunque esto causó disgusto, se debe tener cuidado para no malinterpretar un año aislado como un cambio en una relación a largo plazo. Abogamos por no hacer cambios grandes o repentinos como reacción a lo que sucedió en 2022; más bien, creemos que los inversores solo deberían ajustar su asignación de activos si cambian sus objetivos a largo plazo o su tolerancia al riesgo. Los malos años ocurren, pero es algo inherente a la decisión de poner a trabajar el capital. Sin embargo, los años duros pueden servir para guiar a los inversores hacia la autorreflexión y reevaluación de sus objetivos de inversión, al objeto de garantizar que su asignación sea la correcta a largo plazo. Además, para aquellos que invierten en carteras 60/40 y lamentan las pérdidas de 2022, es importante observar que históricamente las carteras mixtas se han recuperado antes que las carteras centradas exclusivamente en renta variable, como se muestra en la Figura 3.
Figura 3: Correcciones del máximo al mínimo
Históricamente, la cartera 60/40 ha experimentado correcciones menos acusadas y recuperaciones más rápidas en comparación con carteras exclusivamente de renta variable.

Fuente: Janus Henderson Investors, Bloomberg, a 31 de diciembre de 2022.
Notas: Correlaciones de máximas a mínimas del S&P 500 Index y Bloomberg U.S. Aggregate Bond Index y de una cartera mixta hipotética 60/40. La rentabilidad histórica no predice las rentabilidades futuras.
En segundo lugar, creemos que los inversores deberían adoptar un enfoque prospectivo en el posicionamiento de su cartera. La buena noticia de 2022 es que tanto las acciones como los bonos están en un lugar mucho mejor ahora que hace un año. En el caso de la renta fija, como la inflación continúa su tendencia a la baja, creemos que queda ya poco recorrido para nuevas subidas de tipos. Después de muchos años de tipos oficiales a cero, los inversores por fin están obteniendo ingresos de sus asignaciones de renta fija, ya que los bonos ahora ofrecen algunos de los rendimientos más atractivos desde la crisis financiera mundial. Además, en nuestra opinión, la renta fija está mejor posicionada para ofrecer la ansiada diversificación y servir como contrapeso de las carteras si las condiciones económicas empeorasen en 2023.
En cuanto a la renta variable, los múltiplos ahora parecen situados en un rango más razonable y creemos que el reajuste de las valoraciones ha creado oportunidades. Antes del endurecimiento monetario de la Fed en 2022, el dinero barato servía ampliamente de apoyo a todas las empresas, mientras que el nuevo entorno podría favorecer la adopción de un enfoque más activo y la selección específica de valores. En vez de grupos amplios de valores principales basados en tendencias o factores generales, creemos que el rendimiento relativo dependerá más de la dinámica a nivel individual de las empresas. En este mercado, creemos que la innovación en productos y servicios, la asignación eficaz de capital y la capacidad de gestión para contener los costes y obtener productividad de los recursos (tanto físicos como de mano de obra), así como la habilidad de utilizar la capacidad a niveles eficientes, serán elementos integrales para determinar el crecimiento de las empresas.
Agregar una gestión activa y dinámica a la cartera 60/40
En resumen, creemos que un enfoque activo y dinámico para gestionar una cartera mixta puede resultar beneficioso en los próximos años. A nuestro juicio, una política monetaria más estricta podría favorecer un enfoque más activo dentro de cada clase de activos, donde surjan oportunidades para que los gestores activos escojan acciones y bonos específicos con métricas superiores de flujos de efectivo y balances.
Del mismo modo, creemos que los inversores podrían beneficiarse de los gestores que tienen mandatos algo flexibles para ajustar dinámicamente una cartera en torno a la combinación 60/40 en lugar de estar demasiado atados a la asignación de referencia. Este enfoque flexible puede tratar de aprovechar las oportunidades de valor relativo entre acciones y bonos al tiempo que se beneficia de las ventajas estructurales que proporciona la cartera 60/40.
Información importante
Los valores de renta variable están sujetos a riesgos, incluido el riesgo de mercado. Las rentabilidades fluctuarán en respuesta a acontecimientos políticos, económicos y relacionados con los emisores.
Los valores de renta fija están sujetos al riesgo de tipo de interés, inflación, crédito e impago. El mercado de renta fija es volátil. Cuando los tipos de interés suben, los precios de los bonos normalmente bajan, y viceversa. La devolución del capital no está garantizada y los precios podrían disminuir si un emisor no puede realizar los pagos a tiempo o si su solvencia crediticia empeora.
Las carteras gestionadas de forma activa podrían no producir los resultados previstos. Ninguna estrategia de inversión puede asegurar un beneficio o eliminar el riesgo de pérdida.
La diversificación no garantiza la obtención de beneficios ni elimina el riesgo a sufrir pérdidas vinculadas a inversiones.
Ninguna estrategia de inversión puede asegurar un beneficio o eliminar el riesgo de pérdida.
Balanced 40/60 Index es una cesta reajustada mensual hipotética calculada internamente compuesta por el 40 % S&P 500 y el 60% Bloomberg US Aggregate Bond Index.
El índice Bloomberg U.S. Aggregate Bond mide de forma generalizada del mercado de bonos corporativos investment grade sujetos a fiscalidad, de tipo fijo, denominados en dólares estadounidenses.
Correlación: mide hasta qué punto dos variables se mueven la una con respecto a la otra. Un valor de 1,0 implica que se mueven de forma paralela mientras que un valor de -1,0 implica que se mueven en direcciones opuestas y un valor de 0,0 significa que no existe relación entre ambas.
Endurecimiento cuantitativo (QT) es una política monetaria gubernamental que se utiliza ocasionalmente para reducir la oferta monetaria mediante la venta de valores del Estado o dejándolos vencer y retirándolos de sus saldos de efectivo.
El índice S&P 500® refleja la rentabilidad de las acciones estadounidenses de gran capitalización y representa la rentabilidad del mercado general de renta variable de EE. UU.
El rendimiento del Tesoro a 10 años es el tipo de interés que ofrecen los bonos del Tesoro estadounidense con vencimiento a 10 años desde la fecha de compra.
Este documento recoge las opiniones expresadas por el autor en el momento de su publicación y podrían ser diferentes de las de otras personas/equipos de Janus Henderson Investors. Cualquier instrumento, fondo, sector e índice citados en este artículo no constituyen ni forman parte de ninguna oferta o solicitud para comprar o vender alguno de ellos.
La rentabilidad histórica no predice las rentabilidades futuras. Todas las cifras de rentabilidad incluyen tanto los aumentos de las rentas como las plusvalías y las pérdidas, pero no refleja las comisiones actuales ni otros gastos del fondo.
La información contenida en el presente artículo no constituye una recomendación de inversion.
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