Perspectivas de la segunda fase de la guerra arancelaria entre EE. UU. y China: represalias, estímulo y negociación
Victoria Mio, directora de Renta variable de Gran China, analiza las implicaciones de los aranceles adicionales de EE. UU. a las exportaciones chinas y las medidas de apoyo a su economía.

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Aspectos destacados:
- La guerra arancelaria entre EE. UU. y China ha entrado en su segunda fase, que pondrá a prueba la resistencia y la fortaleza de ambas partes.
- China está adoptando un enfoque de tres pasos (represalias, estímulo y negociación), en lugar de precipitarse a llegar a compromisos.
- La guerra comercial podría acelerar la transformación de China en una economía más dependiente de la demanda interna. Los sectores tecnológico y de consumo podrían ofrecer oportunidades atractivas, ya que son estratégicos para los planes y la política del gobierno.
El anuncio de los aranceles estadounidenses del 2 de abril supuso un shock para China. Además de las subidas arancelarias del 20% anunciadas en febrero-marzo, el tipo arancelario ponderado de EE. UU. sobre China se elevó al 65%, uno de los más altos del mundo. Las rápidas respuestas de China también sorprendieron. Creemos que esto obedece a que esta vez China está mejor preparada: la rapidez de las contramedidas mostró un grado nivel de coordinación entre los ministerios.
La segunda fase de la guerra arancelaria ha empezado
El 14 de abril, tras varias rondas de represalias, el tipo arancelario efectivo de EE. UU. a las importaciones chinas aumentó al 145% (con exenciones para los productos farmacéuticos, el hardware tecnológico y los semiconductores). China tomó represalias, incrementando los aranceles a las importaciones estadounidenses hasta el 125%. China también anunció que no responderá a nuevas subidas de los aranceles a los productos chinos, puesto que llegado este punto unos aranceles más altos «ya no tendrían ninguna relevancia económica». Es probable que tales niveles paralicen temporalmente el comercio bilateral. Y China prometió «luchar hasta el final».
Por tanto, creemos que la guerra arancelaria entre EE. UU. y China ha entrado en su segunda fase, que pondrá a prueba la resistencia y la fortaleza de ambas partes.
China está adoptando un enfoque de tres pasos (represalias, estímulo y negociación), en lugar de precipitarse a llegar a compromisos. China ha entendido desde hace tiempo que no puede defender sus intereses fundamentales y hacer concesiones que satisfagan a EE. UU. Sus represalias arancelarias pretenden llevar antes a ambas partes a la mesa de negociaciones. De hecho, el secretario de Comercio de EE. UU. ha confirmado que la negociación entre ambas partes se ha estado llevando a cabo a través de intermediarios. Mientras tanto, confiamos en que China aplicará más estímulos para evitar un gran descenso del crecimiento de su PIB y de sus mercados. Además, China también diversificará las ventas fuera del mercado estadounidense hacia otros países vecinos, ya que los responsables políticos chinos celebraron recientemente la «Conferencia Central sobre el Trabajo Relativo a los Países Vecinos», y el presidente Xi tiene previsto visitar Vietnam y otros países del sudeste asiático.
¿Cuál es el impacto en las exportaciones chinas a EE. UU.?
Según los datos de la Oficina Nacional de Estadística de China, las exportaciones totales de China a EE. UU. ascendieron a casi 525.000 millones de dólares en 2024. La mayoría de los sectores exportadores chinos tienen una capacidad baja o moderada de repercutir las subidas de aranceles a los clientes. Las empresas chinas tienen que mejorar el valor de sus productos, explorar nuevos mercados, optimizar las cadenas de suministro y reducir la dependencia del mercado estadounidense. En cuanto al Gobierno, ha de apoyar a las pequeñas y medianas empresas (pymes) de los sectores afectados.
Áreas de mayor impacto:
- La electrónica, la maquinaria y la industria ligera constituyen alrededor del 70% de las exportaciones a EE. UU. y son las más afectadas, ya que perderán la mayor parte de su ventaja de precios.
- Los productos con bajos márgenes de beneficio (industria ligera, p. ej., confección, calzado, productos capilares, juguetes, plástico, caucho y artículos de cuero).
- Las plataformas de comercio electrónico transfronterizo y los comerciantes que solían beneficiarse de la exención arancelaria para los paquetes de bajo valor (menos de 800 dólares).
- Gran dependencia del mercado estadounidense, como la industria ligera, los muebles y electrodomésticos y el material eléctrico.
¿Cuál es el impacto en las importaciones chinas de EE. UU.?
Según los datos de la Oficina Nacional de Estadística china, China importó productos estadounidenses por un valor total de unos 164.000 millones de dólares en 2024. En general, el impacto sobre la dependencia de las importaciones de China parece asumible, debido a la disponibilidad de fuentes alternativas para los productos de gama baja y al acceso ya limitado a los productos estadounidenses de gama alta.
- Dependencia de gama alta de EE. UU.
Chips de gama alta, motores de aviación, equipos ópticos, dispositivos médicos y productos farmacéuticos innovadores.
La dependencia de China de los chips de gama alta procedentes de EE. UU. ya es baja, dadas las restricciones a la exportación vigentes. Muchos chips de gama alta se importan de países como Singapur, que no se consideran importaciones directas de EE. UU.
- Dependencia de baja gama de EE. UU.:
China realiza importantes importaciones en sectores como la energía, los productos químicos ligeros y productos agrícolas como la soja. Pero estos productos de baja gama son relativamente fáciles de obtener en otros lugares, como la soja de Brasil. Sin embargo, a corto plazo, el proceso de cambio de canales de suministro puede incrementar los costes en toda la cadena de suministro.
¿Qué apoyo inmediato hemos visto?
- Mercados de capitales
Central Huijin (un inversor estatal controlado en última instancia por el Ministerio de Hacienda) y otras empresas estatales hicieron un esfuerzo concertado para intervenir en los mercados bursátiles nacionales con el fin de contrarrestar la ola de ventas desatada por la guerra comercial estadounidense.
- Moneda china
La combinación de depreciación del tipo de cambio y bajadas de los tipos de interés puede desencadenar represalias de EE. UU. Así pues, la solución óptima para China es la estabilidad: estabilizar el tipo de cambio y dejar que fluctúe dentro de un margen limitado.
- Autoayuda del sector
JD.com ha anunciado que comprará bienes de exportación por valor de 200.000 millones de renminbi a lo largo del año para ayudar a los exportadores. Más doce de otras plataformas online, entre ellas la cadena de supermercados de Alibaba Freshippo Meituan, Douyin (ByteDance), Kuaishou y VIP.com, así como tiendas físicas como Yonghui, CR Vanguard y Lianhua, han anunciado iniciativas similares.
Por su parte, los exportadores chinos pretenden diversificar su base de clientes en la UE y los países en desarrollo.
¿Qué palancas de estímulo puede emplear el Gobierno chino?
El objetivo de crecimiento del PIB de China se mantiene en aproximadamente el 5% para 2025. Dado el escaso margen de desescalada a corto plazo, el Gobierno está trabajando de forma activa en medidas de estabilización económica, que podrían incluir bajadas de los tipos de interés, reducciones del ratio de reservas obligatorias, recompras de acciones, rescates de empresas, así como la estabilización del tipo de cambio y de los mercados financieros.
- La orientación de la política monetaria del banco central ha pasado a ser «adecuadamente laxa», un término que no se utilizaba desde la crisis financiera mundial de 2008.
- Es probable que el paquete fiscal de 2 billones de renminbi anunciado durante la Asamblea Popular Nacional se adelante, con el objetivo de impulsar el consumo, recapitalizar los bancos e invertir en infraestructuras, manufacturas y sector inmobiliario.
- Podría anunciarse un estímulo adicional de entre 1 y 1,5 billones de renminbi si se mantienen los altos aranceles y las negociaciones duran más de lo previsto.
Consecuencias para los inversores
Al afrontar las complejidades de la actual guerra comercial, es imprescindible reconocer las transformaciones socioeconómicas más amplias que se están dando en China. El cambio en curso de una era de «fabricación a escala» a una era inteligente y digital está redefiniendo el entorno de la inversión en China. Es probable que el sector tecnológico atraiga un importante apoyo gubernamental, ya que es fundamental en la competencia entre EE. UU. y China y también se beneficia del auge de la economía digital.
Aparte del sector tecnológico, el consumo interno tiene mucho margen de crecimiento, ya que solo supondrá alrededor del 56% del PIB en 2023, muy por debajo de la media mundial del 76%. La estrategia de doble circulación pretende desarrollar la capacidad de producción y consumo internos de China como protección frente a futuras crisis económicas.
A la larga, la guerra comercial con EEUU podría ser incluso positiva para China, si se convierte en un potente catalizador que acelere la transformación hacia una economía más dependiente de la demanda interna.
Política monetaria: las políticas de los bancos centrales para tratar de influir en el nivel de inflación y en el crecimiento de la economía. Entre los instrumentos de política monetaria figuran la fijación de los tipos de interés y el control de la oferta monetaria. El estímulo monetario es cuando el banco central aumenta la oferta monetaria y reduce los costes de endeudamiento. El endurecimiento monetario ocurre cuando un banco central actúa para frenar la inflación y ralentizar el crecimiento de la economía subiendo los tipos de interés y reduciendo la oferta monetaria.
Ratio de reserva obligatoria: requisito normativo impuesto normalmente por un banco central que establece la cantidad mínima de reservas de efectivo/liquidez que un banco debe mantener en relación con la cantidad que presta. Se trata de una herramienta de política monetaria que se utiliza para aumentar o disminuir la oferta monetaria, así como para garantizar que los bancos mantengan suficiente dinero disponible para atender las necesidades de los depositantes.
Recompra de acciones: una empresa recompra sus propias acciones en el mercado, reduciendo así el número de acciones en circulación, con el consiguiente aumento del valor de las acciones restantes. Por lo general, indica el optimismo de la empresa sobre el futuro y una posible infravaloración de los fondos propios de la empresa.
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